¿Qué es el síndrome de abstinencia del alcohol?
El síndrome de abstinencia es una reacción al dejar de consumir ciertas sustancias aditivas para nosotros. En este caso, hemos centrado la atención en una de las drogas que muchas de las personas dirían hoy en día que no lo es: el alcohol. Quizá es una de las sustancias que podemos decir que la tenemos bajo control, que todo el mundo se ha tomado una cerveza alguna vez. Sin embargo puede llegar a un punto en el que no podamos ejercer nuestra propia voluntad sobre el autoconsumo.
Síndrome de abstinencia del alcohol
Una definición clara y explícita de este síndrome nos la ofrece Wikipedia: “El síndrome de abstinencia del alcohol es un conjunto de síntomas observados cuando un individuo reduce o detiene el consumo de alcohol después de un prolongado periodo de ingesta.”
Es decir, previamente al síndrome hay una tolerancia del alcohol por parte del individuo. Esta dependencia física provoca el síndrome de abstinencia una vez que se inicia el proceso de dejar la bebida.
¿Por qué se produce este síntoma?
Antes de nada, hay que decir, que la abstinencia alcohólica puede presentarse tanto en jóvenes como en la edad adulta.
Ya sabemos que la causa principal es beber en exceso, lo que provoca una tolerancia fuerte al alcohol. No obstante, poca gente sabe que el alcohol afecta al sistema nervioso central y por eso se produce el síndrome.
Al afectar al sistema nervioso central el síndrome de abstinencia se produce por los cambios químicos en el cuerpo y en el cerebro.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas que se observan para este síndrome son muy diversos, y como se dijo pueden llegar a ser fatales. Estos son: agitación, alucinaciones, anorexia, ansiedad y crisis de pánico, catatonia, confusión, delirium tremens, depresión, desrealización, sudoración, diarrea, euforia, temor, trastornos gastrointestinales, alucinaciones, dolor de cabeza, hipertensión, fiebre, insomnio, irritabilidad, náuseas y vómitos, palpitaciones, psicosis, excitación, temblores, taquicardia, debilidad, convulsiones y muerte.
Etapas del síndrome de abstinencia del alcohol
Etapa 1 (primeras 6-8 horas sin beber): síntomas básicos como insomnio, ansiedad, mareos, inquietud, etc.
Etapa 2 (primeras 6-24 horas sin beber): taquicardia, temblores, aumento de la presión arterial.
Etapa 3 (primeras 7-48 horas sin beber): convulsiones y probable delirium tremens.
Etapa 4 (primeros 3 días y posteriores hasta los 12): sudores, alucinaciones, confusión mental, desorientación, mortalidad de hasta el 25% si no se trata al paciente.
¿Cuál es el tratamiento a seguir?
El tratamiento propuesto dependerá de la gravedad de los síntomas. La ayuda de familiares y amigos durante las primeras fases de esta enfermedad es muy importante para hacernos sentir mejor de cara a la desintoxicación. En muchos casos nos encontraremos también con intervención médica, mediante la ingesta de fármacos que nos ayuden a reducir la ansiedad que se nos presenta por dejar esta droga.
¿Es posible evitar este síndrome?
Aunque pueda parecernos difícil pensar en evitar esto síntomas, una correcta intervención médica combinada con el apoyo emocional, lograrán que el paciente pueda superar su adicción al alcohol sin padecer este síndrome y hacer su paso por esta desintoxicación más amena.
Ayuda
Si después de leer esto te ha quedado alguna duda sobre este síndrome, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, ¡te podemos ayudar!
Creditos:
Fuente y artículo original vía http://www.tibbon.es/sindrome-de-abstinencia-del-alcohol/
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DROGAS:EL CANNABIS
DROGAS:EL CANNABIS
El cannabis es una droga derivada de la planta del cáñamo (cannabis sativa). Se trata de una sustancia adictiva, cuyo principio activo es el denominado delta-9-tetrahidrocannabinol (THC).
Esta sustancia suele consumirse fumada en distintas presentaciones, las más frecuentes hachís y marihuana. Se recalca de esta forma algo que quizás no es conocido por todos y es que el hachís y la marihuana contienen el mismo principio activo, lo que explica que sus efectos sobre el organismo sean similares, causando en último término una dependencia del mismo.
Los efectos que se producen al consumir esta sustancia se experimentan con mucha rapidez toda vez que la misma llega con mucha velocidad al cerebro, ya que el consumo se realiza fundamentalmente vía oral de manera fumada, perdurando los efectos de las sustancias unas 2 o 3 horas. No obstante lo anterior tanto la duración de los efectos como la dimensión de los mismos está mediatizada por otros factores, principalmente el “efecto tolerancia”, del cual se hablará en sucesivas entradas en el blog.
Los efectos del THC se manifiestan principalmente en dos planos el fisiológico con signos como el aumento apetito, taquicardia, ojos brillantes o sudoración, así como en el plano psicológico con efectos como relajación, hilaridad, desinhibición o somnolencia.
En definitiva se puede decir que el THC altera el funcionamiento neuronal, toda vez que por sus características se une con facilidad a los receptores de las neuronas alterando gravemente las conexiones de las mismas y, por tanto, el funcionamiento de nuestro cerebro.
El síndrome de abstinencia producido por el consumo de THC es menor que otras sustancias tóxicas toda vez que el THC se acumula en los tejidos grasos del cuerpo y tarda unos 30 días en ser eliminado del organismo. Por este motivo el adicto al cannabis puede estar varios días sin consumir dado que el THC se ha almacenado en el cerebro y la grasa corporal. Esto le hace creer erróneamente que “controla”, cuando no es cierto. Raramente va a llegar al mes sin consumir.
En la actualidad, existe la falsa creencia de que el consumo del cannabis no es perjudicial y existen movimientos que persiguen su “legalización”, cuando realmente hay que decir que se trata de una sustancia catalogada por la OMS como una droga de abuso.
Lo mencionado hace subestimar la peligrosidad del cannabis, detectando un incremento exponencial en su consumo, todo lo cual conlleva un grave riesgo ya que se ha demostrado que el cannabis actúa como “droga puente” al consumo de otras drogas consideradas con mayor potencialidad adictiva, como cocaína y anfetaminas. De la misma forma hay que decir que el cannabis no es una sustancia inocua, sino que produce diversos efectos negativos como el facilitar la aparición de problemas psiquiátricos, aumentar la probabilidad de sufrir depresión o ansiedad, disminuye la capacidad de concentración. Así mismo, con respecto a los efectos cancerígenos asociados al consumo de tabaco algunos estudios apuntan que el consumir tres porros perjudica a los pulmones tanto como 20 cigarrillos.
La realidad actual es que los diferentes estudios epidemiológicos apuntan a que el consumo de cannabis se está generalizando, más aún en la franja de edad de 14 a 18 años, siendo la 3ª o 4ª causa de ingreso en un centro de desintoxicación, todo lo cual ha provocado que se desarrollen diversas campañas de concienciación y prevención de su consumo.
Entre las señales de alarma, que pueden ayudar a los padres a saber si su hijo/a ha empezado a consumir drogas, se encuentran las siguientes:
-Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas o temblores.
-Pérdida de peso o apetito excesivo.
-Disminución del rendimiento escolar, tendencia a aislarse en su habitación.
Laura Troya Abril,D.U.E
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