Cómo prevenir las adicciones en la adolescencia
La edad media en la que un adolescente prueba el alcohol pro primera vez es aproximadamente a los 13 años, y otras drogas como el canabis entorno a los 14 años. Consumir drogas a edades tempranas aumenta las posibilidades de desarrollar una adicción, y por tanto causar otros problemas más graves. Es por esto que la prevención del consumo temprano de drogas o alcohol puede marcar una gran diferencia en la reducción de estos riesgos. Si se evita que los jóvenes experimenten con drogas, se puede evitar por tanto la drogadicción. Pero, ¿cómo pueden prevenirse las adicciones en la adolescencia?
Al inicio de la pubertad, al mismo tiempo que se producen cambios físicos en el cuerpo de los adolescentes, también el sistema nervioso central cambia, concretamente se pierden ciertas conexiones que durante la infancia eran muy importantes. De aquí que sus gustos e intereses empiecen a cambiar y quieran experimentar cosas nuevas. Este hecho, sumado a la posible falta de habilidades personales para resistir presiones de grupo, la permisividad social con respecto a sustancias como el tabaco o el alcohol, la baja percepción de peligro o la complicidad de algunos mayores en permitirles el acceso a dichos consumos, dan como resultado un ambiente de riesgo para los adolescentes en los que es posible caer en la adicción.
Algunos factores de riesgo pueden dar pistas a padres y tutores sobre qué perfil de adolescentes tienen más posibilidades de caer en consumos problemáticos. Entre ellos, debe ponerse especial atención en jóvenes con baja tolerancia a la frustración, dificultades para comunicarse con adultos de referencia, problemas de autoestima, ausencia de límites,dificultades para ser asertivo, dificultades para gestionar emociones intensas, tener un grupo de referencia que ya sea consumidor de drogas o presencia de personas consumidoras en el núcleo familiar.
No obstante, no porque nuestro hijo sea más introvertido debemos asociarlo al consumo, ya que ser introvertido o extravertido, curioso o poco curioso tienen porqué ser factores explicativos para un consumo esporádico o problemático de drogas.
Cómo evitar el consumo
Aunque una vez que los adolescentes comienzan a salir sin la supervisión familiar constante resulta muy complicado saber qué harán o impedir que se inicien en un consumo de experimentación, sí es posible orientarles y reforzar sus puntos fuertes para que la iniciación a este consumo se retrase lo máximo posible. Para ello, los padres pueden seguir algunas pautas como mantener los canales de comunicación abiertos con los hijos. En esta etapa de sus vidas, los adolescentes cambian su comunicación, de ahí la importancia de procurar que no se pierda la oportunidad de hablar de lo cotidiano y que los jóvenes sean siempre conscientes de que pueden contar con los adultos y contarles sus problemas o preocupaciones.
Al igual que es importante que la comunicación entre padres y madres se mantenga activa y promover la expresión de sus emociones, también lo es no forzar temas de comunicación, ya que a menudo esta obligación puede conllevar que los adolescentes se cierren aún más a su familia.
Otro punto importante es potenciar la autoestima y autoconfianza de los adolescentes, para ellos pueden reforzarse sus logros, mostrar confianza en ellos otorgándoles responsabilidades o realizando críticas constructivas y aprendan de sus errores cuando se equivoquen.
Establecer normas y límites también es fundamental. Hay que dejar claro lo que sucederá en caso de saltarse las normas, revisar normas de llegada a casa, salidas nocturnas, etc. Además, aunque resulte más complicado a este edad, participar en actividades conjuntas atendiendo a los nuevos intereses que les van surgiendo, puede fomentar una mejora en la comunicación con los padres y un aumento de confianza en los mismos.
En caso de tener constancia de que nuestro hijo adolescente tiene un problema con la adicción a ciertas sustancias, es importante iniciar un tratamiento con especialistas como los que pueden encontrarse en centros como Aequilibrium, expertos en recuperar el bienestar y equilibrio emocional atendidos por profesionales sanitarios y del ámbito social.
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Estrategias para afrontar la adicción de nuestro hijo
Cuando hablamos del consumo de drogas en los hijos, siempre será mejor prevenir desde el principio que afrontar luego esta adicción y todo lo que ello conlleva. Sin embargo, aunque podamos ayudarles a ser responsables, conocer las consecuencias que traen consigo las drogas y darles armas para rechazarlas, lo cierto es que la última decisión de consumirlas o no siempre dependerá de nuestros hijos.
Son muchos y diversos los motivos que pueden llevar a un adolescente a entrar en el peligroso mundo de las drogas. En la mayoría de ocasiones este consumo está motivado por el deseo del adolescente de sentirse uno más en su grupo de amigos, de no ser el raro que no consume o de tratar de encontrar en estas sustancias una salida a sus problemas en el ámbito de la familia y los estudios, o superar sus problemas de autoestima.
Conociendo estos posibles motivos, los padres pueden actuar de forma previsora creando un clima en el hogar afectivo de reconocimiento y aprobación, que favorezca la estabilidad emocional de los hijos, cuidando la autoestima de los hijos y enseñándoles a valorar sus cualidades, haciéndoles respetar unos límites que les ayuden a tener autocontrol, favoreciendo la existencia de una buena comunicación entre padres e hijos, educándoles a ser dependientes de la opinión de los demás y ayudándoles a desarrollar habilidades sociales que faciliten la integración social adecuada.
En el caso de descubrir que nuestro hijo consume drogas, también existen ciertas estrategias con las que podemos ayudarle y conseguir que sea capaz de dejar esta adicción.
La primera recomendación es tratar de mantener la calma, de nada nos servirá dejarnos llevar por el pánico ni enfadarnos de manera terrible. Seguidamente trataremos de establecer unas normas y límites claros que traten de frenar en la medida de lo posible esta adicción. Es importante que en este momento hablemos con nuestros hijos sobre las consecuencias del consumo de drogas y interesemos aún más por conocer en qué circulo de amigos o pareja se mueven.
En el caso de incumplir las normas establecidas, los padres deberán sancionarles de manera proporcional e inmediata,siendo capaces de transmitir tranquilidad y coherencia con lo decidido y aplicado. Es de vital importancia que los adultos presenten una única forma de afrontar el problema, estando en la misma sintonía educativa, incluso aunque los padres estén separados. La coherencia también es clave. De nada sirve transmitir preocupación por el consumo de sustancias ilegales por parte de nuestros hijos cuando alguno de los progenitores también consume estas drogas.
El comportamiento de los padres no debe centrarse en la preocupación, sino en la ocupación del asunto. Ni el pánico ni buscar culpables nos permitirá buscar salidas objetivas y eficaces. En estos casos tan complicados, en los que el diálogo resulta tan imprescindible, la ayuda de profesionales puede ser de vital importancia para que nuestros hijos decidan dejar esa adicción a las drogas que está poniendo en peligro su salud y su futuro.
Cuando el consumo se vuelve algo habitual y empiezan a aparecer comportamientos problemáticos, es importante buscar ayuda profesional que ayude no sólo al hijo, sino a toda la familia. En el caso del centro residencial de tratamiento de adicciones Aequilibrium, situado en Jaén, una parte esencial de la terapia se basa en la terapia familiar de grupo; una práctica con grandes resultados que no sólo ayuda a los adolescentes a dejar su adicción, sino que también aporta herramientas a los padres para afrontar esta situación y a entablar un diálogo con su hijo adicto, algo que en ocasiones, por desconocimiento o miedo, resulta tan complicado.
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La decisión de dejar las drogas
El consumo de las diferentes drogas ha ido en aumento en nuestro país en los últimos años, como ejemplo, el consumo de cocaína ha aumentado multiplicándose por 1,5 entre la población de entre 15 y 64 años entre 1995 y 2003, y en el resto de drogas los porcentajes varían, pero siempre en aumento.
Las áreas que afecta el consumo de drogas no se limitan a las relacionadas con ell riesgo de sufrir enfermedades o trastornos mentales, sino que se amplía a las áreas funcionales de la persona como son el ámbito laboral (perdidas de diferentes empleos), académico (abandono de estudios), social (perdida de amistades “sanas”), afectivas (perdida de pareja) y familiares (conflictos) y problemas de índole legal (robos, etc).
Es un momento determinado, cuando el adicto decide dejar de consumir drogas. Este momento coincide con algún acontecimiento externo generado por su conducta (el conyuge decide dar por terminada la relación, etc). Durante los primeros momentos se resiste a un cambio de vida, o bien insiste e intenta convencer a su entorno que va a cambiar por si mismo y sin ayuda. Esto no es posible, ya que la adicción, como enfermedad requiere de una intervención multidisciplinar que ayude a que la motivación persista y pase a una motivación interna, esto es, que la decisión de dejar las drogas y cambiar de vida sea generada por un convencimiento de que es bueno para él, independientemente de que finalmente su relación de pareja continúe o no.
Cabe destacar que esta decisión inicial, denominada “ventana de oportunidad” tiene un tiempo limitado, por lo que es imprescindible que la familia o entorno cercano busque los recursos adecuados para realizar el tratamiento del adicto.
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El verano y las drogas
El verano es la época del ocio, de salir, de romper la rutina, y por desgracia, de consumir drogas. Además de beber más alcohol en verano, los jóvenes incrementan también el consumo de otras sustancias tóxicas como drogas sintéticas, éxtasis y la marihuana.
Además, aumenta la facilidad de acceder a ellas. De hecho, el 80% de los españoles ve fácil conseguirlas, y el 90% de los menores de edad confiesa no tener problemas para comprar alcohol.
Desde Aequilibrium, centro residencial terapéutico, advierten a las familias de este peligro al que todos los jóvenes hacen frente cada verano para ayudarles a prevenir que éstos se adentren en el peligroso mundo de las drogas.
Señales que vigilar
Un indicador clave de que el joven está comenzando a consumir drogas es el cambio de humor. Los jóvenes pasan a tener un carácter brusco sin motivo aparente. Y aunque los progenitores pueden confundir este tipo de comportamientos con cambios típicos de la edad, es importante aumentar la atención en ellos e interesarse por lo que pueden hacer en su tiempo libre. Los padres suelen tener un quinto sentido para saber que su hijo se comporta de forma diferente por algo más que la edad. En esta etapa de la adolescencia, la comunicación con los hijos es vital, por ello actuar como un policía o que se sientan perseguidos por sus padres no es el comportamiento adecuado para solucionar esta situación. Lo ideal es conseguir que se dé un diálogo positivo, y esto no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana, sino que se consigue con los años.
Algunos de los cambios más habituales son mostrarse más reservado con sus cosas, discutir con la familia respecto a las normas de convivencia, relacionarse menos con los familiares, dificultad para conciliar el sueño y descuido de su imagen personal.
Otro de los indicadores de un posible inicio en el consumo de las drogas es el aumento de la necesidad de dinero, que puede traducirse en pedir dinero a la mínima oportunidad, inventar necesidades urgentes, acudir a otros parientes o cambiar sus objetos de valor e incluso los de sus padres y hermanos.
¿Qué efectos pueden tener las drogas en verano?
El consumo de drogas puede generar euforia y deshibición al principio, pero los efectos secundarios varían en cada persona, especialmente por el origen desconocido de las pastillas y sus componentes adulterados.
Los efectos de las drogas como la cocaína o la marihuana son conocidos por todos, pero en verano, estos se vuelven aún más peligrosos por el uso del vehículo tras el consumo. Esto ocurre porque en vacaciones solemos desplazarnos varios kilómetros de nuestra casa vacacional, hotel o camping para llegar allí donde podamos disfrutar de nuestro rato de ocio. En estos trayectos, los efectos de estas sustancias se manifiestan notoriamente cada verano; Pérdida de concentración y reflejos, disminución de la sensación de peligro y un aumento de la confianza al volante que en muchos casos desencadenan graves accidentes.
Además, el consumo de alcohol, en combinación de otras sustancias tóxicas puede provocar que se pierda el conocimiento o se tomen decisiones equivocadas, condicionadas por el efecto de esta mezcla. Desde sufrir agresiones sexuales hasta verse involucrado en situaciones de riesgo para uno mismo o para terceras personas, hasta acabar sufriendo un coma etílico o químico, que puede hacer que las vacaciones que tanto tiempo hemos estado esperando se conviertan en una auténtica pesadilla.
El éxtasis, una de las drogas más populares en verano produce elevación de la presión, descontrol de la temperatura corporal, desorientación, temblor muscular, pérdida de memoria e incluso la muerte.
El gran problema es que los jóvenes tienen una percepción del riesgo que no es real, y tienen la sensación de poder consumir ciertas sustancias sin dañar su salud, e incluso jugarse la vida o volverse adictos.
Los jóvenes que llegan a los centros de desintoxicación son sólo la punta del iceberg, algunos pueden llevar un consumo oculto durante un largo periodo de tiempo sin ser percibido por sus entornos sociales y familiares, pero con graves consecuencias a largo plazo.
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DROGAS:EL CANNABIS
DROGAS:EL CANNABIS
El cannabis es una droga derivada de la planta del cáñamo (cannabis sativa). Se trata de una sustancia adictiva, cuyo principio activo es el denominado delta-9-tetrahidrocannabinol (THC).
Esta sustancia suele consumirse fumada en distintas presentaciones, las más frecuentes hachís y marihuana. Se recalca de esta forma algo que quizás no es conocido por todos y es que el hachís y la marihuana contienen el mismo principio activo, lo que explica que sus efectos sobre el organismo sean similares, causando en último término una dependencia del mismo.
Los efectos que se producen al consumir esta sustancia se experimentan con mucha rapidez toda vez que la misma llega con mucha velocidad al cerebro, ya que el consumo se realiza fundamentalmente vía oral de manera fumada, perdurando los efectos de las sustancias unas 2 o 3 horas. No obstante lo anterior tanto la duración de los efectos como la dimensión de los mismos está mediatizada por otros factores, principalmente el “efecto tolerancia”, del cual se hablará en sucesivas entradas en el blog.
Los efectos del THC se manifiestan principalmente en dos planos el fisiológico con signos como el aumento apetito, taquicardia, ojos brillantes o sudoración, así como en el plano psicológico con efectos como relajación, hilaridad, desinhibición o somnolencia.
En definitiva se puede decir que el THC altera el funcionamiento neuronal, toda vez que por sus características se une con facilidad a los receptores de las neuronas alterando gravemente las conexiones de las mismas y, por tanto, el funcionamiento de nuestro cerebro.
El síndrome de abstinencia producido por el consumo de THC es menor que otras sustancias tóxicas toda vez que el THC se acumula en los tejidos grasos del cuerpo y tarda unos 30 días en ser eliminado del organismo. Por este motivo el adicto al cannabis puede estar varios días sin consumir dado que el THC se ha almacenado en el cerebro y la grasa corporal. Esto le hace creer erróneamente que “controla”, cuando no es cierto. Raramente va a llegar al mes sin consumir.
En la actualidad, existe la falsa creencia de que el consumo del cannabis no es perjudicial y existen movimientos que persiguen su “legalización”, cuando realmente hay que decir que se trata de una sustancia catalogada por la OMS como una droga de abuso.
Lo mencionado hace subestimar la peligrosidad del cannabis, detectando un incremento exponencial en su consumo, todo lo cual conlleva un grave riesgo ya que se ha demostrado que el cannabis actúa como “droga puente” al consumo de otras drogas consideradas con mayor potencialidad adictiva, como cocaína y anfetaminas. De la misma forma hay que decir que el cannabis no es una sustancia inocua, sino que produce diversos efectos negativos como el facilitar la aparición de problemas psiquiátricos, aumentar la probabilidad de sufrir depresión o ansiedad, disminuye la capacidad de concentración. Así mismo, con respecto a los efectos cancerígenos asociados al consumo de tabaco algunos estudios apuntan que el consumir tres porros perjudica a los pulmones tanto como 20 cigarrillos.
La realidad actual es que los diferentes estudios epidemiológicos apuntan a que el consumo de cannabis se está generalizando, más aún en la franja de edad de 14 a 18 años, siendo la 3ª o 4ª causa de ingreso en un centro de desintoxicación, todo lo cual ha provocado que se desarrollen diversas campañas de concienciación y prevención de su consumo.
Entre las señales de alarma, que pueden ayudar a los padres a saber si su hijo/a ha empezado a consumir drogas, se encuentran las siguientes:
-Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas o temblores.
-Pérdida de peso o apetito excesivo.
-Disminución del rendimiento escolar, tendencia a aislarse en su habitación.
Laura Troya Abril,D.U.E
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Ejercicio físico y salud mental
La mayoría de las personas que comienzan a realizar algún tipo de deporte tienen como objetivo fundamental mejorar su estado de salud general, perder esos kilos de más, o ganar fuerza y masa muscular. Por contra, son pocos los que al iniciarse en la práctica deportiva se plantean siquiera los beneficios psicológicos que les proporcionará ésta. Esto seguramente es debido a que la mejora en el estado de ánimo de las personas es menos evidente a simple vista que la mejora física. En seguida nos damos cuenta cuando alguien pierde peso, gana musculatura, u observamos que en nuestra última analítica a disminuido el nivel de colesterol. Sin embargo, es más complicado saber si nuestro vecino se encuentra más alegre, menos ansioso, duerme mejor, está menos estresado, o incluso saber de una forma objetiva si somos ahora más felices que hace, por ejemplo, un mes.
Durante los últimos años numerosas investigaciones han demostrado cómo practicar algún ejercicio puede mejorar nuestras funciones cognitivas e incrementar nuestro bienestar psíquico. De hecho, la realización de actividades físicas de tipo deportivo, forma parte habitualmente de los
protocolos de intervención en diferentes psicopatologías como la depresión, trastornos de ansiedad, adicciones, etc. Esto se debe a los numerosos beneficios que obtenemos complementando la terapia psicológica con la práctica deportiva. Veamos algunos de ellos: (más…)
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¿Que te vas a encontrar cuando vengas?
Descripción
El centro residencial Aequilibrium se encuentra situado en el paraje Puerta de Arenas, a 7 kilómetros de Campillo de Arenas, un pueblo de la provincia de Jaén, situado en el extremo suroeste de la comarca de Sierra Mágina, en el valle del río Campillo que luego pasará a ser Guadalbullón antes de vaciar sus aguas al Guadalquivir. Limita con los términos de Jaén, Cárchel y Carchelejo al norte, Noalejo al sur, Cárchel, Carchelejo y Cambil al este, y Valdepeñas de Jaén al oeste. Se encuentra, a sólo 25 km de Jaén y 63 de Granada (unos 15 minutos de Jaén y 40 de Granada) cuya vía de comunicación es la autovía A-44 Bailén-Motril, salida 67.
Geografía
Desfiladero de Puerta de Arenas; desfiladero calizo provocado por la erosión fluvial. Se encuentra un sendero didáctico destinado a la botánica. Dónde podremos disfrutar de sus tajos así como de su fauna y su flora y realizar senderismo u otras actividades al aire libre.
Parajes Cercanos; Zona montañosa y sembrada de olivares que hacen de sus alrededores un lugar ideal para pasear y realizar deportes al aire libre. En una de sus sierras, compartida con Noalejo y Valdepeñas de Jaén se instaló en el año 2001 el parque eólico de la Sierra del Trigo. La Peñuela, a 2,5 km, destinado a merendero y área recreativa, con mirador y fuente de agua. Sierra de Campillo, a 3 km. Sierra con bosques de alto valor ecológico, en la que se encuentran el barranco del Monasterio, Embalse del Quiebrajano, río Valdearazo, Piedra del Palo, el cortijo Prados Bajos o el mirador de la Alberquilla.
Historia
El pueblo fue fundado por Real Cédula de la reina doña Juana en 1508, pero sería Felipe II quien otorgase el título de villa en 1539.
Primeros Pobladores
El término municipal de Campillo de Arenas fue habitado por tiempos prehistóricos por el hombre, como lo demuestran los numerosos restos encontrados en los diferentes lugares de la localidad pertenecientes al Paleolítico y Neolítico, como son las pinturas rupestres en forma esquemática encontradas en distintas cuevas. En la Edad de Bronce en su fase final (II milenio a.d.C.) tiene en Campillo de Arenas cierta importancia por el descubrimiento de un poblado argárico en Puerta de Arenas, cuyo hallazgo se produjo al hacer las obras del nuevo túnel. Los enterramientos encontrados son sepulturas de grandes losas con individuos dentro, con sus ajuares en bronce y vasijas de barro.
Cultura
Ermita de Santa Lucía
Historia
La historia de la Ermita de Santa Lucía se remonta a 1858, cuando después de varios años de recogida de limosnas de devotos que pasaban por Puerta de Arenas y paraban a orar ante la Santa, representada, en un principio, en un cuadro colocado en una de las paredes de la roca y después por la primera imagen colocada en una pequeña hornacina, junto al túnel, abierto en 1840. Una vez reunidos suficientes donativos, se levantó la primera ermita. Aquella primera ermita de arquitectura popular, muy de gusto de la época, fue deteriorándose con el paso del tiempo, siendo necesaria su restauración en varias ocasiones. La primera reforma se hizo en 1956 por encontrarse la ermita en estado ruinoso. En 1973, se tuvo que restaurar de nuevo, quedando su arquitectura, tanto exterior como interior, muy modificada, perdiendo totalmente su aspecto original. La ermita quedó diseñada para tres campanas y cúpula sobre el presbiterio. El techo lo cubre un rico artesonado de madera, así como el Altar Mayor, donde se encuentra la imagen de Santa Lucía. La solería y zócalo están realizados con materiales de calidad y el interior se ilumina con dos hermosas lámparas de hierro forjado. La fachada la recorre un fuerte zócalo de piedra, así como sus ventanas y puerta principal. A finales de los años 90, se construyó el “Área recreativa de Puerta de Arenas” que ofrece diferentes actividades; observación de aves, jardín botánico, senderismo, merendero y zona recreativa.
Festividad;
Romería de Santa Lucía El último domingo de Pentecostés tiene lugar la Romería de Santa Lucía en la Ermita de Santa Lucía o de Puerta Arenas.
Mónica Becerra Lomas
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El miedo a afrontar tus debilidades y problemas
En este articulo no hablaremos de las adicciones, o al menos no exclusivamente.
Sirva este primer articulo para introducirnos en el primer dilema al que nos enfrentamos todas las personas que en algún momento nos percatamos (o las personas que nos rodean hacen que nos percatemos) de que algo en nosotros “no va bien”.
Es en ese momento que comenzamos a asumir nuestro problema (sean de tipo adictivo o de cualquier otra índole) cuando comienzan a aflorar una serie de emociones y sentimientos que provocan en nosotros un gran malestar, debido en parte a la incertidumbre (¿que pasará ahora?, ¿saldré de esta situación?) como a los sentimientos de culpabilidad (¿por que he dejado que esto me pase?), o incluso cuando realizamos lo que en psicología se denomina atribución externa (¿como ha podido pasarme esto a mi?).
Estos temores, miedos se externalizan de forma fisiológica (hiperactivación, insomnio, somatizaciones diversas) y en patrones de conductas determinados, o en no conductas (evitación).
Asumiendo que dichos patrones de conducta forman parte de la solución, ya que es la fase de adaptación podremos minimizar el efecto que produce la incertidumbre, entrando de esta forma en una normalización progresiva de la situación.
Es a partir de este momento cuando entraremos en otra fase, constructiva para comenzar a solucionarlo…
Fdo. Jose David Aguilar Hita
Psicologo col AO 04010
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