Nos gustaría comenzar este artículo con datos más esperanzadores pero lo cierto es que, lamentablemente, la adicción a jugar es una patología creciente en adultos y jóvenes en todo el mundo. Además es un tema preocupante porque no parece que sea algo puntual sino que parece que sigue patrones que pretenden que este problema vaya para largo, ¿por qué? Porque cada vez esta patología se muestra a edades más tempranas.
El perfil más frecuente actualmente de gente adicta a los juegos de azar es el de jóvenes de 18 a 25 años con total adicción a los videojuegos y juegos de azar, sobre todo más vinculados con su profusión en el ámbito digital. Este grupo es el que más llega a las puertas de los terapeutas u organizaciones públicas y privadas buscando ayuda para dejar su dependencia y poner fin a su adicción.
¿Está la tecnología vinculada con las adiciones al juego?
Según informan los expertos, concretamente en España se está experimentando una oleada de jóvenes ludópatas, de entre 14 y 21 años que acceden al juego gracias a la facilidad con la que acceden a las tecnologías. Si bien no es culpa de la tecnología per sé, sí que se convierte en una vía fácil – y poco controlada en la mayoría de los casos – para acceder a este tipo de vicios.
El fácil acceso a las apuestas deportivas y los juegos de azar online como las tragaperras, la ruleta o el póker, desde los smartphones y los ordenadores en casa, son una invitación abierta para apostar las 24 horas, empezando con poco dinero.
Traspasando los límites por el juego
La facilidad del método digital hace creer al jugador que los riesgos que está corriendo son bajos. Según la federación de ludópatas rehabilitados, aunque en España se puede apostar a partir de los 18 años, la realidad es que más niños y adolescentes están apostando de forma fraudulenta – cogiendo los datos o formas de pago de sus padres..
La adicción a jugar puede llevar al afectado a buscar dinero donde sea para satisfacer su sed de juego o para pagar deudas. Esto implica hacer uso de los ahorros, traspasar los límites de las tarjetas, incluso robar o meterse en deudas con prestamistas.
Cuando el abuso en el juego trae síntomas cada vez más notorios como la depresión, la impulsividad, la agresividad, la falta de comunicación con la familia y la ansiedad, esto puede colocar a la persona en situaciones de aislamiento o incluso, de autoagresión.
Lo más importante es buscar apoyo, ¡y rápido!
Se ha producido un aumento de las familias que buscan ayuda terapéutica porque tienen un joven ludópata en casa y no saben cómo solucionar el problema. Desde 2015, 16% de los que quieren tratar su adicción a jugar son menores de 26 años. Diez años antes, ese número ascendía únicamente a sólo un 3%.
Los especialistas recomiendan no demorar la búsqueda de apoyo. Un terapeuta puede brindar estrategias para controlar sus niveles de ansiedad, estrés y situarse en la raíz del problema. Cuando antes se acuda, mejor se podrá trabajar para acabar con la ludopatía.
Para quienes no saben qué hacer o por dónde empezar, la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados dispone de una línea de ayuda telefónica gratuita para guiar a los afectados. El número es 900 200 225.
Referencias
“¡Hagan juego, menores!” Frecuencia de juego en menores de edad y su relación con indicadores de adicción al juego. Universidad de Valencia, 2017.
FEJAR – Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados.
“Regular el juego para prevenir la adicción”, por Mariano Chóliz y Jerónimo Saiz-Ruiz. Facultad de Psicología. Universidad de Valencia. Consejo Asesor de Juego Responsable, Hospital Ramón y Cajal y Universidad de Alcalá. CIBERSAM.
Manuel J. Romero Herrera para Aequilibrium